Lichen

Inter- y transdisciplinariedad

Interdisciplinariedad según Varsavsky

Por "estudio interdisciplinario" no quiero decir un equipo dirigido por un biólogo, por ejemplo, en el que actúan como colaboradores secundarios químicos, estadísticos o economistas, ni tampoco un estudio múltiple de los distintos aspectos del problema hechos por varios especialistas que trabajan cada uno por su cuenta. El primer tipo de estudio es en realidad monodisciplinario y el segundo multidisciplinario. El "inter" indica un grado de organización y amplitud mayor: los distintos aspectos discutidos en común por especialistas de igual nivel en las distintas disciplinas, para descubrir las interconexiones e influencias mutuas de esos aspectos, y para que cada especialista aproveche no sólo los conocimientos, sino la manera de pensar y encarar los problemas habituales en los demás. Esta interacción de disciplinas, que exige discusión, crítica y estímulo constante entre los investigadores, y permite que ideas y enfoques típicos de una rama de la ciencia se propaguen de manera natural a las demás, me parece una garantía de éxito.

— Oscar Varsavsky, Ciencia, política y cientificismo (1969).


La transdisciplinariedad parte de incluir diversos actores en el proceso de investigación científica

Los retos para la popularización [de la ciencia] son complejos: por un lado lograr que los diversos actores sociales puedan participar en el reconocimiento de sus problemas productivos, sociales y ambientales, y que además logren integrarse en su solución. Para esto es necesario no solamente conocer los resultados de la ciencia, sino también entender cómo funciona, cuáles son sus límites y sus posibilidades, con qué tipo de alternativas se cuenta y cómo y en qué condiciones es posible que una alternativa de tipo científico y tecnológico sea más eficiente a una alternativa cultural ligada a su tradición o viceversa. Pero también comprender la forma en que estas tradiciones y prácticas culturales pueden aportar no sólo al desarrollo de las comunidades, sino también al desarrollo científico y tecnológico regional e internacional. Implica, igualmente, influir en la generación de espacios de participación pública sobre las decisiones de la ciencia y la tecnología, de manera que las líneas de investigación incluyan, de manera prioritaria, problemas propios de los contextos y particularmente, de los grupos excluidos, además de propender por una mayor vinculación de los científicos a la solución de estos problemas, no sólo desde la dimensión epistémica, sino también desde las múltiples dimensiones que tiene la vida social de la población.

— Mónica Lozano, Hacia un nuevo contrato social: La popularización de la ciencia y la tecnología (2005).